“Hay paraísos que están llenos de plástico”: el día a día de dos buzos españoles contra el deterioro del fondo marino

Víctor y César son dos ejemplos de cómo el amor por las aguas del Planeta pueden llevarse a la práctica de forma altruista y profesional: ambos dedican su vida a acabar con los residuos de nuestros océanos


AMARÁS es una serie editorial sobre deportistas anónimos que narran su vínculo con el mar y su acción voluntaria por mantener las playas limpias de residuos plásticos

Victor, profesión: inmersiones y concienciación medioambiental

Hace 12 años, Victor no podía imaginarse que un viaje a Honduras le cambiaría la vida. De visita en una pequeña isla, se decidió a probar el buceo: “Soy muy de mar de toda la vida, también hacía surf y creo que, al final, era un paso más”. Pero este deporte acabó por convertirse en su nueva pasión, un interés que incluso ahora ha convertido en su profesión.

El mar realmente lo considero parte de mi vida. Soy de Barcelona, lo tengo al lado y siempre he veraneado en un pueblo costero por Alicante. El mar es donde me siento a gusto. Toda mi vida está relacionada con él, desde que soy pequeño”. Victor (Barcelona, 1983) cuenta al otro lado del teléfono cómo el agua ha acabado perfilando su destino, o cómo ha sido él quien ha ido adaptando su camino para estar permanentemente en contacto con ella. Quizás, por eso ahora no soporta que los residuos estén acabando con el que considera su segundo hogar (a falta de branquias) y hace todo lo posible por recoger los plásticos que lo empañan.

Cada vez que Victor se mete en el traje de buceador, aprovecha para recoger algo de los residuos que se le cruzan por el camino en las inmersiones. “En el sudeste asiático no cuidan tanto el tema de los residuos y hay muchos sitios que son espectaculares, paraísos, pero están llenos de basura y plástico. Es algo que por dentro da mucha rabia”.

Un sentimiento que ha ido en aumento: “Una vez lo asocias a la actividad que tienes, ves que estás buceando en un sitio espectacular, pero de repente empiezas a ver botellas de plástico, tetrabriks, bolsas, microplásticos, latas y todo tipo de basura… no solo hace que no disfrutes como lo harías sin esa basura, sino que es perjudicial para todo el ecosistema”.

Tras dedicarse al diseño web, se lanzó a la aventura y empezó a ganarse el sueldo como autónomo “para trabajar de otra manera”. El marketing digital y los blogs conseguían que llegara a final de mes, pero Víctor volvió a su ciudad y buscaba algo que complementase su trabajo como diseñador; hasta que no compartió con su amigo Isaac un par de cervezas, no tuvo claro qué era ese algo.

"Hay muchos sitios que son espectaculares, paraísos, pero están llenos de basura y plástico" 

Como de las conversaciones con una pinta en mano nacen las mejores ideas, decidieron fundar juntos una agencia de viajes dedicada al buceo. Con la experiencia de Víctor en proyectos digitales y los años que Isaac llevaba haciendo de instructor de buceo viajando por el mundo, ¿qué podía fallar?

Buceando a Mares significa haber creado un proyecto de una pasión que tenemos. Nos hemos juntado dos amigos con una afición para poder intentar acabar viviendo de ello”, explica el catalán sobre la que ya puede decir que es su empresa, y una con éxito, para ser tan reciente. Aunque la idea surgió hace cuatro años, hasta enero de 2018 Buceando Mares no era más que un apunte en el whatsapp, pero ahora es una opción para practicar buceo en lugares tan remotos como el Mar Rojo, Filipinas, Mozambique, las Galápagos, Maldivas o Sudán, entre muchos otros.

Aunque si algo llama la atención de Buceando a Mares, además de su amplia oferta de destinos, es su colaboración con The Ocean Cleanup, una organización que busca financiación para crear un sistema que limpie los océanos de plásticos de la manera más eficiente posible. Victor e Isaac siempre habían tenido en mente que su empresa debía ser sostenible y ayudar a eliminar la lacra de los residuos en el mar, dejar una marca, así que optaron por adoptar un sistema de donaciones a través de Buceando a Mares. Cada vez que un cliente contrata sus servicios, una parte de sus beneficios se destina a The Ocean Cleanup.

Victor ha conseguido aunar pasión y concienciación medioambiental en su profesión y continúa instruyendo a buceadores como él para que conozcan la contaminación marina. En uno de los viajes que organizó con Buceando a Mares, regaló a los clientes una bolsa de rejilla reutilizable “para que pudieran llevarla mientras buceaban y que en las profundidades pudieran limpiar”. Un gesto de amor al mar y a su lado más profundo.

César, limpiando las costas del mundo con Chelonia

¿Qué significa el mar para ti? “Buf… es una pregunta muy difícil para toda la gente a la que le gusta el mar”, resopla César (Madrid, 1972), biólogo y buceador profesional. César es, también, un enamorado del agua y desde la asociación Chelonia, de la que es fundador, lucha por mantener limpio el mundo en el que vivimos.

“Mi relación con el mar es que me apasiona desde siempre. Es increíble ver lo pequeñitos que somos comparados con esa inmensidad azul, saber que además somos parte de ella, que somos todos agua. El Planeta es un Planeta azul, lo de Planeta Tierra es un poco erróneo, tendría que ser ‘el Planeta Agua’”.

Este madrileño se emociona al hablar del que es su vecino predilecto desde el 2002, año en el que cambió la capital por Valencia. Su mudanza a la ciudad costera tampoco fue casualidad, allí comenzó su historia de amor con el agua, cuando veraneaba en sus playas y aprovechaba para bucear y hacer apnea.

"Es increíble ver lo pequeñitos que somos comparados con esa inmensidad azul" 

“Hay mucha gente que no va solo a tomar el sol, muchos solo se sientan a ver y oír romper las olas”; en su caso, viajar a la profundidad del mar le llevó a sacarse el título y ahora, como profesional, trabaja por eliminar la contaminación medioambiental que asola a las costas españolas y de medio mundo.

Cuando te metes bajo el agua y ves la tranquilidad… eso es… es increíble. Te sumerges, no hay cobertura, no te suena el móvil en ningún momento. Es una tranquilidad absoluta”. Pero esa sensación que César busca cada vez que bucea se está viendo interrumpida por la basura

“Llevo buceando mucho tiempo y el hecho de encontrarte algo ajeno a ese medio choca mucho. Es como si alguien cogiera El Guernica y le hiciera un graffiti encima”, ilustra con enfado en la voz sobre la situación actual de nuestros mares y océanos quien echa de menos “volar, flotar” en el fondo del agua.

Para revertir la situación, César fundó Chelonia en 1997 junto a unos compañeros de facultad, una organización internacional sin ánimo de lucro dedicada a la conservación y la investigación del medio natural con proyección en diferentes países del mundo. Aunque su principal trabajo eran los reptiles y los primates, el mar ha sido el punto de unión entre todos sus miembros, algo que se aprecia en su logo: la tortuga marina chelonia mydas.

Tan solo en 2018, consiguieron limpiar y monitorizar 82 playas. Este, ya llevan 116. “Siempre intentamos vincular o hacer partícipe a la comunidad local, porque desde Chelonia pensamos que es la única manera de que las cosas lleguen a buen término. Que la gente esté concienciada es la única posibilidad de conseguir un futuro mejor”.

Para llevar el planteamiento a la práctica, la asociación organiza limpieza de playas a la que anima a unirse a la población local para que vean por sí mismos el problema, tal y como explica César: “En las mismas playas les mostramos qué es lo que vamos a hacer y ahí se dan bastantes sorpresas. Explicarles la problemática de las playas y enseñarles fotos de la suya… al final, todo el mundo dobla el lomo y empieza a recoger basura”. Una iniciativa con la que pretenden conseguir que “la gente sea parte del problema y de la solución”.

El éxito de estas limpiezas radica en que consiguen movilizar incluso a quienes están en tumbados en la toalla bajo la sombrilla o tomando el sol gracias a ese deseo de proteger el mundo en el que viven, aunque sea limpiando basura. Colillas, microplásticos, redes, cabos… los animales se quedan atrapados y los residuos se acumulan silenciosamente en las costas, amenazando los ecosistemas.

La lucha de este madrileño está en erradicar cualquier residuo de las aguas, limpiar su lienzo de los graffitis que lo amenacen. Para César, el mar “tiene encanto, tiene algo que nos devuelve al origen de la vida”, y no podemos dejar que el plástico empañe nuestra historia.

El compromiso de Coca-Cola con el cuidado de nuestras costas se tradujo en 2018 en la creación del programa Mares Circulares, mediante el cual se limpian más de 80 playas y entornos acuáticos en colaboración con 170 ONG, organismos y entidades y más de 5.500 voluntarios. 

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Texto: María Toro. Fotografía: Buceando Mares, Chelonia. Proyecto: Fedra Valderrey.